About DV
Mi historia en la joyería se remonta a mi infancia. A mi debilidad por la belleza. A mi madre, quién por más de 30 años trabajó en joyería.
Desde niña visitaba talleres de orfebres y joyeros, algunos pequeños y otros inmensos. Tiendas de proveedores que nos entregaban los materiales más valiosos que, con cuidado y responsabilidad, debíamos atesorar.
Desde un rincón muy profundo de mi, me ensimismaba la belleza de las joyas a un nivel conmovedor. ¡La belleza de objetos que se podían usar en nuestro cuerpo! La belleza de metales y piedras que han existido desde que existe nuestro planeta y que poseen cualidades inigualables.
El valor tan potente de una joya de conmemorar hitos vitales de la vida: uniones, amor, nacimiento, muerte, separación y vida. Y permanecer en las familias por generaciones desde que el hombre existe en la tierra.
También en mis andanzas de niñez por talleres de joyería, me vi cautivada por la destreza humana. Presenciar la habilidad de los joyeros para construir objetos tan bellos con sus propias manos, cuya única escuela era la práctica y el aprender generación tras generación, fue algo que me remeció. Y, actualmente, la gran mayoría de los talleres y proveedores que conocí en mi infancia, son también parte del engranaje que es DV Joyas hoy. Lo que es parte de mi origen, es parte de mi marca en la actualidad.
De este modo, belleza, materiales nobles y destreza en el oficio, son los ejes que dan vida y fuerza a DV Joyas. Es lo que nos mueve y hace vibrar. Realizar objetos finos con altos estándares de calidad, que vivirán más que nosotros y que se traspasarán de generación en generación.
